Según una nueva teoría propuesta por un equipo médico de la Universidad de Utah, la evolución de los rostros humanos evolucionó para minimizar las lesiones causadas por los golpes en la cara, durante la pelea entre machos.
Hasta la fecha una de las teorías más difundidas sostenía que la forma de la cara evolucionó para amoldarse a la necesitad de masticar alimentos difíciles de aplastar como los frutos secos. Los últimos hallazgos tras examinar los patrones de deterioro en los dientes de los australopitecos aseguran que probablemente muchos de estos homínidos lo que realmente comían eran frutas.
Cuando los humanos luchan cuerpo a cuerpo, la cara suele ser el principal objetivo de los golpes. Los huesos que sufren el mayor porcentaje de fracturas en peleas, son los mismos que han desarrollado el mayor incremento en su robustez durante la evolución de los homínidos. Estos huesos son también las partes del cráneo más diferenciadas entre hombres y mujeres, lo que nos vendría a decir que los rostros de hombres y mujeres son diferentes, porque los cráneos de los hombres han evolucionado para que sean más difíciles romperse como consecuencia de una pelea.
Vía | EurekAlert
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