Un espejo hecho de nanotubos de carbono en una resina epóxica, a diferencia de los espejos de telescopio hechos de vidrio o de aluminio, podría convertirse en el telescopio espacial más pequeño del mundo. Es lo que están desarrollando en la NASA para instalarse en los CubeSats, es decir, esos nanosatélites que apenas miden 10 centímetros de lado.
El telescopio sería sensible a la luz ultravioleta, visible y en bandas de longitud de onda infrarrojas. Estaría equipado con espectrómetros y reproductores de imágenes.
Con un tamaño por debajo de la micra y de forma cilíndrica, los nanotubos de carbono presentan una extraordinaria resistencia y propiedades eléctricas únicas, y son eficientes conductores de calor.
Dirigido por Theodor Kostiuk, científico del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, los esfuerzos de desarrollo de esta tecnología van dirigidos a proporcionar a la comunidad científica de un telescopio compacto, reproducible y relativamente de bajo coste. Esta tecnología también se probará en telescopios más grandes.
Vía | EuropaPress
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