Hoy en día no está claro cuál es el origen de nuestro satélite. La teoría más aceptada sugiere que un planeta denominado Theia, impactó de forma violenta con la Tierra hace más de 4.000 millones de años. Del impacto salieron despedidos una gran cantida de escombros, que finalmente se agruparon formando la Luna. Por otro lado, otras teorías sugieren que en la formación de nuestro satélite no participó ningún otro cuerpo celeste.
Nuevas investigaciones realizadas por un equipo de científicos de la Universidad de Chicago han reabierto el debate acerca de su origen.
El geofísico Junjun Zhang ha publicado un artículo en Nature Geoscience donde analiza los isótopos de titanio de la Luna y de la Tierra y han comprobado que son muy similares. ¿Entonces no hubo ningún choque con otro planeta? ¿Cómo se formó entonces nuestro satélite?
Anteriormente, ya se había comprobado que los isótopos de oxígeno del manto de la Tierra y de la Luna, eran casi idénticos, pero esto no era suficiente para rechazar la idea de que una colisión con Theia había creado la Luna. Los isótopos de oxígeno terrestre se podrían haber mezclado con isótopos de la masa de material fundido que circundaba el planeta tras el impacto. Ahora, sin embargo, ya que los isótopos de titanio no son tan fácil de intercambiar es difícil teorizar que el mismo tipo de mezcla podría haber ocurrido.
La mayoría de los científicos coinciden en que si un planeta se estrelló contra la Tierra y la Luna se produjo como consecuencia de ello, entonces la Luna debería estar formada por una parte de ese planeta. Algunos dicen que las leyes de la física sugieren que sería hasta un 40% de las rocas del satélite deberían mostrar evidencias de este planeta. Si esto es cierto, ¿por qué los estudios de las rocas traídas por las misiones Apolo no han mostrado evidencias? Desde luego, el debate sigue estando abierto.
Más información | The proto-Earth as a significant source of lunar material, Nature Geoscience (2012) doi:10.1038/ngeo1429