Doce botellas de vino tinto de Burdeos han llegado a la Estación Espacial Internacional pero son para un experimento

A pesar de que el envío de doce botellas de vino a la Estación Espacial Internacional pudiera tener un cariz de jolgorio, lo cierto es que estamos ante el primer experimento de vino envejecido en el espacio.

El propósito es estudiar durante un año como su envejecimiento se ve afectado por la microgravedad.

Vino y microgravedad

Las muestras de vino fueron enviadas por la 'start-up' europea Space Cargo Unlimited se lanzaron en una nave espacial de carga Cygnus, que atracó con éxito en la Estación Espacial el 4 de noviembre.

Los investigadores predicen que habrá diferencias de sabor que resultarán del efecto que la microgravedad y la radiación espacial tendrán en las reacciones físicas y químicas. Para saberlo, en el experimento se compararán las botellas envejecidas en la ISS con las botellas envejecidas en la Tierra.

Unas y otras permanecerán selladas en sus entornos de botellas de vidrio, y se mantendrán a una temperatura constante de alrededor de 18 grados centígrados sin perturbaciones. Tal y como explica Emmanuel Etcheparre, impulsor del experimento, quien trabaja en estrecha colaboración con el ISVV (Instituto para vid y vino de Burdeos):

Envejecer el vino incorpora algunos de los elementos esenciales del ecosistema biológico terrestre, como levaduras, bacterias, cristales, coloides y polifenoles. Sin embargo, este complejo proceso aún no se conoce bien, en particular con respecto a la evolución de la composición química del vino, particularmente el sabor.

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