La mejor manera de asimilar las distancias o la envergadura de un objeto inmenso es reducirlo a escala. Sin embargo, a veces contemplamos estas magnitudes a escalas tan reducidas que tampoco somos capaces de entender profundamente lo que estamos viendo.
Por ejemplo, cuando contemplamos un mapamundi del tamaño de una pared.
Habida cuenta que representar el sistema solar aún supone muchos más problemas, en Suecia tuvieron la feliz idea de confeccionar una maqueta del sistema solar a una escala verdaderamente gigantesca.
Allí se encuentra el sistema solar a escala más grande del mundo. El centro del Universo, a escala 1:20 millones, se halla en Estocolmo, donde está el Sol, conocido como el Globe, que además es el mayor edificio esférico del mundo (110 metros de diámetro).
Luego todos los planetas están diseminados por la geografía sueca a las distancias reales equivalentes, desde Mercurio (a 2,9 kilómetros del Globe, la maqueta del planeta tiene 25 centímetros de diámetro) hasta Plutón (a 300 kilómetros y tiene 65 centíemtros de diámetro), pasando por Júpiter (a 40 kilómetros), Saturno (73 kilómetros), Urano (143 kilómetros y Neptuno (229 kilómetros).
Una maqueta imaginaria que se extiende a lo largo de 300 kilómetros y que permite visitar los planetas en distintos edificios o plazas de Suecia, además de facilitarnos la comprensión de la verdadera escala de nuestro sistema solar.
Lástima que en las inmediaciones de dónde yo vivo no exista una maqueta de similares proporciones sobre la galaxia o incluso sobre todo el universo. Pero, al menos, puedo disfrutar de otro icono de ciencia ficción: me vanaglorio de residir en la provincia española donde se levanta la única estatua de Mazinger Z del mundo, Tarragona. ¡Puños fuera!