En 1908 un asteroide se cree que estalló en la atmósfera terrestre, destruyendo unos 20 2 mil kilómetros cuadrados de un bosque siberiano, en lo que actualmente se conoce como el evento Tunguska. Es por esto que muchos científicos dentro de los cuales Massimiliano Vasile le dedican años de investigación a diferentes alternativas para desviarlos.
Vasile, de la Universidad de Glasgow recientemente terminó un estudio de dos años de duración en los que comparó 9 métodos diferentes de desviar un asteroide que se dirija hacia la órbita terrestre. Luego los clasificó de mejor a peor usando un criterio que contemplaba la complejidad, la efectividad y si era un método actualmente viable. De todos ganó la opción de enviar espejos para que reflejaran la luz y lentamente desviaran al cuerpo.
La idea es bastante simple, enfocando un haz de luz bastante intenso sobre la superficie del asteroide, se lograría vaporizar parte de esta. El gas emanado funcionaría como propulsor y de este modo se iría desviando lentamente al asteroide. La ventaja del método es que es rápidamente escalable, se pueden mandar tanto 25 como 5000 satélites, dependiendo del tamaño de lo que se quiera desviar.
Dentro de las ideas perdedoras se encontraban satélites equipados con láseres, detonaciones nucleares y empujar el asteroide con una nave. Curiosamente en Marzo de este año, la NASA había publicado un estudio en el que calificaban a la explosión nuclear como la más efectiva.
Si bien no es un tema para que todo el mundo tenga que salir a las calles gritando y preocupándose, es importante tener ideas claras y fondos disponibles en caso de tener que evitar una catástrofe.
Fuente | New York Times (Inglés)