En 1965, el astronauta Edward White, de la misión Gemini 4, perdió un guante en el primer paseo especial estadounidense. El guante orbitó alrededor de la Tierra durante un mes a 28.000 km/h, convirtiéndose así en la prenda vestir más peligrosa de la historia, incluso por encima del último modelito de Miley Cyrus.
¿Os imagináis a George Clooney y a Sandra Bullock totalmente aterrados en Gravity porque se les acerca a velocidad supersónica un puñado de ropa? Ésos y otros datos sorprendentes son los que podéis leer a continuación a propósito del basurero espacial en el que se ha convertido la órbita terrestre.
1. De todo un poco
Las cien bolsas de basura que los cosmonautas rusos arrojaron desde la estación espacial Mir. El guante de White. Satélites inactivos. Colisiones entre naves. Las etapas gastadas de los cohetes espaciales. Orbitando a la Tierra hay de todo, y en gran cantidad. Los científicos estiman que su volumen de basura mantendrá una evolución, más o menos, uniforme hasta el año 2055. Se calcula que su ritmo de crecimiento será de un 5% cada año.
Según la NASA, hay alrededor de 19.000 objetos de más de 10 cm orbitando alrededor de la Tierra. Y 500.000 objetos cuya anchura se encuentra entre 1 y 10 cm. Y decenas de millones de partículas cuyo tamaño es menor de 1 cm.
2. Más rápido que las balas
Este marasmo de partículas, siempre que se encuentre por debajo de los 2.000 km (es decir, órbita terrestre inferior), se desplazan alrededor del planeta Tierra a una velocidad aproximada de 8 km/s. Si colisionan contra otro objeto que venga en dirección contraria, pues, la velocidad media de impacto es de 10 km/s. Esto supera a las balas de una pistola, tal y como explica Joel Levy en el libro 100 analogías científicas:
Las balas más rápidas suelen viajar a menos de 1 km/s. La basura espacial tiene casi 100 veces más energía cinética por gramo (y, por tanto, más daño potencial) que un proyectil de un tanque.
3. Llueven cosas del cielo
Cada 24 horas, de media, cae sobre la superficie de nuestro planeta al menos un trozo de basura espacial lo bastante grande como para que a NASA lo registre. Hasta la fecha no ha habido víctimas al respecto.
La probabilidad de que alguno de estos objetos nos golpee es remota, una entre un billón, según Bill Ailor, director del Centro de Estudios sobre Escombros Orbitales. De hecho, solo existe un caso en que alguien haya sido alcanzado por residuos de este tipo. En 1997, Lottie Williams estaba en un parque de Tulsa, Oklahoma, cuando una pieza metálica del tamaño de un DVD procedente de un cohete Delta II la golpeó en el hombro. Afortunadamente salió indemne porque se precipitaba a una velocidad muy baja.
4. Amenaza latente
Los trozos de basura especial pueden ir cayendo a la Tierra en función de la altura a la que estén. Cuanto más alta es la órbita, más tardan en caer. Por encima de los 600 km, por ejemplo, la basura permanece allí unos meses. Los objetos que orbitan por encima de los 1.000 km seguirán dando vueltas alrededor de la Tierra durante cien años, como mínimo.
5. Pieza de museo orbital
Imaginemos que abrimos un museo de basura espacial orbital. ¿Cuál sería la pieza más antigua? Pues es un satélite que aún sigue en órbita y se llama Vanguard I. Fue lanzado por Estados Unidos en 1958, pero sólo funcionó durante seis años.
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