Enviar cosas al espacio es caro. Tan caro y dificultoso que incluso se ha planteado la construcción de un ascensor orbital, tal y como os expliqué en Instrucciones para construir la torre más alta del mundo: la torre orbital. Porque la mayor parte del combustible se emplea para abandonar la atmósfera terrestre.
Con todo, la humanidad ha transportado ya toda clase de objetos al espacio. Algunos de ellos son de veras extraños (y otros se han perdido para siempre). A continuación, una lista con los más sorprendentes:
1. Un trozo del "árbol de Newton". Sí, en un alarde friquismo, en 2010 se envió un trozo de madera del manzano que inspiró el descubrimiento de la gravedad, que viajó a la órbita de la Tierra como parte de las celebraciones del 350 aniversario de la Royal Society, una organización que recientemente pudimos descubrir en Visitando el despacho del humilde padre del electromagnetismo. Por cierto, la anécdota del árbol inspirador probablemente sea apócrifa... y fuera generada por el propio Newton para crear una aureola de leyenda.
2. Células HELA. En 2009 se enviaron las células de Henrietta Lacks al espacio para probar los efectos de las radiaciones atómicas. Si queréis saber más sobre estas células, podéis revisar la entrada que ya hicimos al respecto: Henrietta Lacks: la mujer que salvó millones de vidas después de muerta.
3. Virus informático. En esta ocasión, el envío fue accidental. Y es que en 2008, un virus de Windows conocido como Gammima se introdujo en los ordenadores portátiles de la Estación Espacial Internacional. Gammima AG se usa principalmente para robar datos de registro en juegos online.
4. Sable láser. En 2007, el sable de luz de Luke Skywalker viajó al espacio a bordo del transbordador Discovery.
5. Cenizas de un actor de Star Trek. En 2007, dos años después de su muerte, James Doohan (Scotty en la serie Star Trek), o más concretamente sus cenizas, fueron lanzadas al espacio.
6. Cenizas del apostol del LSD. En 1997, la cápsula que transportaba los restos de Timothy Leary, el psicodélico visionario, se quemó en su reentrada atmosférica después de seis años en órbita. Si os interesa descubrir la extraordinaria vida de este personaje (no sé qué esperan para para rodar un biopic), os recomiendo encarecidamente su autobiografía Flashbacks.
7. La primera escultura. En 1993 fue enviada a la Mir el Bailarín cósmico, la primera escultura diseñada para un hábitat humano en órbita.
8. La primera pintura. En 1980, la Mir también recibía el primer cuadro, una obra del artista ruso Andrei Sokolov.
El papel FUNDAMENTAL de ESPAÑA en la CARRERA ESPACIAL
Cosas extraviadas
En 2008, la NASA envió dos arañas tejedores a la Estación Espacial Internacional, pero una desapareció. También se han perdido dos pelotas de golf: las que en 1971 el astronauta alan Shepard golpeó en la superficie de la Luna. En 2006, los astronautas perdieron una espátula durante un simulacro de reparación del transbordador espacial. Y en 2001, un ancla de pie, una pieza que usan los astronautas para atarse al brazo robótico de la nave, quedó a la deriva durante un paseo espacial: la nave incluso tuvo que cambiar la órbita para no chocar contra ella.
El objeto perdido más cotidiano probablemente sea un cepillo de dientes. En 1965, durante los 14 días de vuelo del Gemini 7, Jim Lovell perdió su cepillo de dientes. Frank Borman, su compañero, tuvo que compartir el suyo.