Y siguiendo la línea del anterior post, que seguro que hará las delicias de los psycokillers pero espantará a los hematofóbicos, voy a intentar quitaros la espinilla de que somos tan, tan insignificantes.
Según con qué nos comparemos, somos criaturas descomunalmente gigantescas.
Supongamos, a efectos comparativos, que el ser humano tenga forma esférica y más o menos un metro de diámetro. Podéis imaginaros una persona en cuclillas. O que sois un personaje de videojuego de los ´80.
El tamaño de una célula es al de una persona como el de ésta al de Rhode Island (tiene 4.000 kilómetros cuadrados).
Un virus es a una persona como una persona a la Tierra.
Un átomo es a una persona como ésta a la órbita de la Tierra alrededor del Sol.
Un protón es a una persona como una persona a la distancia a Alfa Centauri. Recordaros que Alfa Centauri se encuentra a 4,36 años luz de distancia.
Espero que ahora os sintáis todos un poco menos insignificantes.