Salir al espacio exterior entraña sus riesgos, y también tiene aparejados una serie de efectos secundarios que todos conocemos bastante bien: pérdida de masa muscular, etc. Sin embargo, hay un efecto secundario muy poco divulgado: la pérdida de las uñas.
¿A qué se debe esto? La razón no podría ser más pueril, y ha sido aireada recientemente gracias a un estudio de Dava Newman, profesora de aeronáutica del MIT.
Toda la culpa la tienen los guantes reglamentarios que se emplean en los paseos espaciales. Para simular la presión que hay en la Tierra, estos guantes presentan una textura rígida, una suerte de dedales en su interior. El simple roce con ellos acostumbra a rasgar las uñas, y en muchos casos se desprenden por completo.
Según datos de 2002 a 2004, el 47% de las más de 350 lesiones registradas entre los astronautas fueron heridas en las manos. Más de la mitad eran daños en las uñas.
Actualmente, Newman está trabajando para diseñar guantes que combinen protección y flexibilidad. Para Newman, la solución pasará por un cambio de concepto que implique cambiar los actuales trajes presurizados por aire por otros pegados al cuerpo, o bien usar guantes robóticos que ayuden a los astronautas a usar las manos sin tener que dejarse las uñas en el intento.
Vía | madrimasd