Conocido como Square Kilometer Array (SKA), llamado así por el gran número de parabólicas que componen el sistema, este telescopio pretende ser el mayor dispositivo de su clase jamás construido, y podría proporcionar una ingente cantidad de datos sobre la creación del universo y ayudar a entender la materia oscura.
El SKA se compone de más de 3000 antenas parabólicas, cuyo precio por separado es relativamente económico, y que al interconectarse entre sí mediante un supercomputador, se transformaría en un sistema con una sensibilidad 50 veces mayor que las actuales antenas. Además, obtendría una resolución 100 veces mejor que la tecnología actual.
Este proyecto todavía está en fase de diseño y actualmente el grupo formado por científicos de más de 20 países tasa su coste en unos 2,000 millones de dólares. Su construcción empezaría en los próximos años y se planea que esté operativo en unos 15 años.
La localización de este telescopio todavía no ha sido determinada, aunque varios países están compitiendo para que se instale en su territorio, ya que este proyecto supondría un gran avance científico además de una gran afluencia de dinero internacional. Sin embargo, la situación geográfica del telescopio es muy compleja, y hay pocos lugares óptimos donde poder instalarlo, ya que requiere una zona totalmente desértica alejada de gente y dispositivos electrónicos que puedan generar ruido. Actualmente se baraja su instalación en África o Nueva Zelanda.
Uno de los factores cruciales en la complejidad del proyecto, consiste en la interconexión de cada antena para convertirlo en un sistema único. Esta conexión se realizaría mediante fibra óptica y alcanzaría tasas de 20 GB de datos por segundo en cada uno de los telescopios.
Al igual que en el Gran Colisionador de Hadrones (LHC), los científicos involucrados en este proyecto opinan que los nuevos descubrimientos que se hagan con este sistema son inimaginables.