¿Os acordáis de la película Exploradores? En ella, tres adolescentes consiguen construir con chatarra y mucho ingenio un destartalado vehículo espacial, con el que al final volarán por el espacio hasta una nave alien, donde les esperarán unos marcianos muy poco arquetípicos.
Algo parecido ha hecho este padre con su hijo, Max Geissbuhler. Un video de una cámara conectada a un globo meteorológico que se elevó hasta la estratosfera superior y registró la negrura del espacio. Finalmente, el globo se hichó por la falta de presión atmosférica, explota, y comienzó a caer. Lo encontraron a 25 millas de distancia de donde lo habían soltado, enganchado en un árbol.
El artefacto alcanzó casi los 19 kilómetros de altura después de poco más de 1 hora, y todo ello con un equipo muy sencillo: la cámara de vídeo, el iPhone, un GPS, unos mano-calentadores y una nota para, en su regreso, ponerlo a salvo si alguien lo encontrara por accidente.
A continuación podéis ver todo el experimento. Las imágenes más sorprendentes comienzan en el vídeo a los 2:35 minutos.