Este fin de semana, se cumplieron 55 años desde que la Unión Soviética lanzó al espacio con un ser vivo a bordo, la perrita “Laika”. El animal que había sido recogido en la calle se convirtió en el primer ser vivo terrestre en orbitar nuestro planeta. El objetivo era probar los efectos del lanzamiento sobre el organismo y asegurar la supervivencia de una tripulación humana durante el viaje espacial.
“Laika” murió varias horas después del lanzamiento como resultado del estrés sufrido y como resultado del sobrecalentamiento de la cápsula. Su sacrificio fue muy útil en el desarrollo de la carrera espacial y probó que era posible enviar a un ser humano al espacio con total garantía. A pesar de que nunca quiso ser una heroína, “Laika” colocó su nombre junto a los de Gagarin, John Glenn o Neil Armstrong.
Vía | EFE