El 10 de septiembre del 2011 la NASA envió las sondas espaciales Ebb y Flow para que realizaran una cartografía de alta calidad del campo gravitatorio de la Luna. Tras completar la misión y quedarse sin combustible, se hizo que ambas naves impactaran sobre el satélite.
El descenso, en el que se alcanzaron velocidades de unos 6.000 km/h, se prolongó durante 5 días en los que se tomaron miles de fotografías en el que se puede apreciar el aspecto de la Luna desde una altitud de aproximadamente 10 kilómetros.
Vía | AbadíaDigital