Muchos de los frutos secos que llegan al consumidor han pasado por distintos procesos y análisis para verificar la calidad y la salubridad, muchos han sido tratados con fungididas, pesticidas, etc. En este caso, hablamos de las nueces, se analiza en ellas la inexistencia de una sustancia denominada aflatoxina, este es un compuesto natural y cancerígeno que produce el Aspergillus flavus, un hongo que crece sobre materia vegetal, que además de producir el deterioro de la nuez puede producirnos distintos problemas de salud.
Científicos del Servicio de Investigación Agrícola americano han descubierto la existencia de un compuesto natural que podría inhibir la acción que ejerce el hongo en cuestión. Se trata del ácido cafeico, un antioxidante capaz de contrarrestar la acción oxidativa que ejerce el Aspergillus flavus. Dicha acción oxidativa se desarrolla cuando el hongo se alimenta de algunas nueces que se encuentran en el arbol, las nueces tienen una respuesta química y producen oxidantes para detener la acción del hongo.
El hongo contraataca y genera entonces la aflatoxina, generando finalmente una tensión oxidativa. Una producción de ácido cafeico termina con la situación y contrarresta dicha tensión oxidativa.
Según los investigadores, el ácido cafeico paraliza la producción de aflatoxina por parte del hongo. El ácido cafeico se encuentra presente en elevadas cantidades en distintos vegetales y frutas, utilizar este ácido como arma para combatir el hongo supone la utilización de un método respetuoso con el medio ambiente a diferencia de los fungicidas, pesticidas u otros compuestos químicos.
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