Es difícil imaginar que pueda existir vida en lugares con una temperatura o presión extrema, pero como decían en la película Parque Jurásico, "la vida se abre paso". Hay unos microorganismos que viven en condiciones realmente extremas, las bacterias termófilas.
Estos microorganismos, viven y se reproducen en los volcanes submarinos de la Dorsal del Pacífico a una profundidad de 2.600 metros. Metabolizan metales como el azufre, el hierro y el manganeso, además producen metano e hidrógeno, lo que posibilita que se apliquen en la industria.
Lo más curioso de estos microorganismos es su adaptación a extremas temperaturas, nada menos que 140 grados centígrados y la presión que deben soportar por estar en el fondo marino es de 265 atmósferas. Esto si que es vida en condiciones extremas.
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