Bases biológicas del aprendizaje y la individualidad (I)

A partir del caso del paciente Henry Gustav Molaison (conocido como el paciente H.M.) y otros experimentos, iniciamos una serie de tres artículos en los que repasaremos los diferentes tipos de memoria y su relación con el aprendizaje, así mismo, también veremos por encima las funciones de varias partes del cerebro que están relacionadas también con la memoria.

Entendemos por aprendizaje el proceso en virtud del cual adquirimos nuevos conocimienots y, llamamos memoria, al proceso por el cual retenemos estos conocimientos a lo largo del tiempo.

El caso del paciente H.M.

Henry Gustav Molaison nació en el año 1926. Cuando solo tenia 7 años de edad sufrió un traumatismo craneal con pérdida de conocimiento que duró más de cinco minutos. Tres años después de este incidente sufrió la primera de muchas crisis epliépticas que, con el paso de los años fueron aumentando en cuanto a frecuencia y severidad.

Su cuadro clínico no respondía a las medicaciones utilizadas, fue empeorando progresivamente y los médicos consideraron que la cirugía cerebral era la única forma para aliviar su enfermedad, así que le extirparon bilateralmente la corteza temporal medial (dos tercios del hipocampo, incluyendo el uncus, el giro parahipocámpico y la amígdala).

Esta técnica se encontraba en fase experimental y, aunque los ataques cesaron, el paciente se vio afectado por un déficit de memoria muy severo e irreversible: H.M. sufría amnesia anterógrada muy severa y definitiva, con amnesia retrógrada limitada a uno o dos años, por lo que era incapaz de almacenar nuevos recuerdos, aunque podía realizar tareas complejas y recordar su pasado.

La anosmia, osteoporosis y una movilidad ligeramente reducida fueron los otros síntomas que sufrió el paciente, aunque las funciones motoras y sensitivas permanecieron casi intactas.

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Memoria explícita e implícita

Las formas de aprendizaje y memoria que requieren de un registro consciente se llaman explícitas, y las que no, implícitas.

El aprendizaje explícito es el más rápido, incluso puede suceder después de la primera experiencia. Normalmente implica la asociación de estímulos simultáneaos y permite almacenar información sobre un hecho que ha sucedido en un lugar y momento concretos. Esta memoria requiere las estructuras del lóbulo temporal de los vertebrados.

Por otro lado, el implícito es más lento y permite acumular habilidades a través de experiencias reiteradas. Normalmente requiere la asociación de estímulos secuenciales y almacena información referente a las relaciones predictivas entre sucesos. Este aprendizaje se manifiesta principalmente en la mejora de algunos trabajos sin que el individuo sea capaz de describir con precisión qué es lo que ha aprendido.

Esta memoria se expresa mediante la activación de sistemas sensoriales y motores comprometidos en la propia tarea del aprendizaje. Incluso los invertebrados más elemenales pueden tener este tipo de memoria.

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