Se trata de un cáncer transmisible que afecta a los perros y que es conocido como sarcoma de Sticker. Este cáncer esta extendido a lo largo de todo el planeta entre perros y otros canidos. Hasta ahora se pensaba que el cáncer era generado por la transmisión de un virus a través del contacto de la piel o las relaciones sexuales. Algo parecido a lo que sucede con el Virus de Papiloma Humano, una enfermedad de transmisión sexual que puede generar un cáncer cervical en mujeres.
Sin embargo los diferentes análisis no conseguían localizar ningún virus implicado. Una variante de este cáncer atacó a poblaciones del diablo de Tasmania provocando una mortalidad cercana al 100% tras un periodo de entre 12 y 18 meses. Se desarrollaba en el rostro de los animales y era transmitido por lametones y mordiscos. Algo muy preocupante porque esta especie esta en peligro de extinción.
Robin Weiss y sus colaboradores han analizando el código genético de las células cancerosas descubriendo que no pertenecen a los animales atacados. Se trata de células provenientes de un animal enfermo hace cientos de años que han logrado sobrevivir y reproducirse superando al sistema inmunitario de diferentes animales con los que entran en contacto. Hasta ahora no se sabe porque el código genético de las células invasoras ha permanecido estable sin volverse más agresivo con el tiempo, algo que sucede en la mayoría de los cánceres.
En los humanos se han dado casos de cáncer generados en órganos procedentes de transplantes que aprovechan para extenderse las defensas debilitadas del receptor. No hay ninguna prueba de que un cáncer pueda transmitirse de esta manera en humanos aunque planean estudiar si es posible.
Vía | New Scientist Más información | Eurekalert