En el breve ensayo de Marvin Harris Jefes, Cabecillas y Abusones se analizaban las condiciones antropológicas que propiciaban que existan personas que abusan o lideran a otras, así como personas que están sometidas a los demás.
Pero estas dinámicas entre un macho alfa y un macho omega también se producen en el reino animal, incluso entre los peces, como el Astatotilapia burtoni, una perca originaria de las aguas del este de África que acostumbra a entrar en conflicto cuando vive en acuarios.
Los machos son muy agresivos entre ellos, y además pueden medir hasta doce centímetros, de modo que el acuario se les queda pequeño para los dos. Algo así como la cúpula del trueno de Mad Max: “Dos hombres entran, uno sale”. El macho más fuerte, de escamas amarillas y azuladas, pues, acaba dominando al macho más pálido e inmaduro sexualmente.
Sin embargo, el macho débil no es tan débil como parece. En el fondo, no es dominante porque no puede, no porque no quiera (parafraseando a Nietzche, las personas buenas son buenas porque son demasiado débiles y altruistas como para permitirse ser malas y egoístas). Para comprobarlo, en un experimento se extrajo al macho dominante del acuario. Entonces, a los pocos minutos, el macho débil se empezó a comportar no solo de modo dominante, sino que las escamas de su piel empezaron a mostrar brillantes colores.
Y es que incluso sus genes habían cambiado en este nuevo contexto. Tal y como explica Jörg Blech en su libro El destino no está escrito en los genes:
La oportunidad de mejorar su posición social alteró la predisposición genética de este pequeño pez: en las células cerebrales se activó el gen egr-1, lo que a su vez dio lugar a una cascada de transformaciones fisiológicas que convirtieron al frágil pececillo en una perca autoritaria. El gen clave egr-1 se halla también en otras especies de animales vertebrados, lo que hace sospechar que su presencia podría ser habitual e incluso que podría estar activo en las personas.
Tenedlo en cuenta la próxima vez que critiquéis las maneras de un dictador o abusón de clase.