El compuesto ha sido hallado en la saliva humana y en las pruebas realizadas en ratas ha mostrado una potencia seis veces mayor a la de la morfina. Los científicos confían en que, si se comprobase la utilidad clínica de la nueva sustancia, se podría tratar a los pacientes evitando los principales efectos no deseados de los opiáceos, es decir, la dependencia y la tolerancia que producen en tratamientos prolongados.
Por ahora se le conoce como opiorfina y se sospecha que su mecanismo se basa en que prolonga la actividad de los opiodes endógenos a través de una inhibición del metabolismo de las encefalinas. Los receptores opioides son la defensa natural de nuestro cuerpo contra el dolor, son los encargados de impedir que la señal nerviosa alcance el sistema nervioso central.
El descubrimiento, que ha sido publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences por un equipo del Instituto Pasteur, se debe a la localización de una sustancia denominada sialorfina en la saliva de las ratas de laboratorio, y se trata de la primera sustancia de estas características localizada en el cuerpo humano.
Según los expertos, la función ordinaria de la opiorfina no iría encaminada a la analgesia natural, sino que su papel sería más bien el de proteger a diversas sustancias de su metabolismo en circunstancias determinadas, como es el caso de las encefalinas.
La protección de las encefalinas ya se había utilizado anteriormente como diana en otros estudios, hasta ahora sin éxito, por lo que los profesionales del campo de los opioides se muestran escépticos ante este nuevo descubrimiento. Aunque en el laboratorio la opiorfina se ha mostrado eficaz a la hora de actuar sobre las vías de dolor físico y químico, se teme que en la práctica los efectos inhibidores de esta sustancia sean poco específicos y, por tanto, incluyan una amplia gama de efectos secundarios.
Vía | Artículo en Nature Más información | Artículo en PNAS En Genciencia | Aspirinas y úlcera péptica