Mantener una dieta equilibrada en nutrientes se sabe que proporciona grandes beneficios para la salud. Si a esto sumamos restricciones calóricas, los efectos pueden ser tan buenos como prolongar el buen funcionamiento del corazón, y que por lo menos, la causa de nuestra muerte no sea un corazón cansado de pelear con las presiones arteriales. Un nuevo estudio afirma que las dietas bajas en calorías reducen la presión diastólica, y se ha comprobado que el corazón de las personas que siguen este tipo de restricciones funciona mejor que el de aquéllos que siguen dietas con alto nivel calórico.
Estudios previos han mostrado mejoras en la calidad de vida (y su esperanza de vida) de pequeños ratones, moscas de la fruta y el pequeño gusano Caenorhabditis elegans. Para estudiar si el hallazgo es trasladable a los humanos, el gerontólogo Luigi Fontana de la Universidad de Washington en St. Louis, Missouri, y sus colegas reclutaron 25 sujetos que habían seguido restricción de calorías durante los 7 últimos años y compararon con otros 25 que habían llevado dieta normal (pero dieta al fin y al cabo). Las diferencias en las dietas eran aproximadamente la mitad de la cantidad de grasas saturadas, un 30% menos de sal y en total, alrededor de 750 calorías menos por día.
Los resultados en cuanto a presión diastólica fueron muy similares para ambos grupos, pues bajaron en 22 puntos con respecto a las medidas pre-dieta, pero en los individuos que siguieron la restricción calórica se encontraron menos indicios de fibrosis y menor inflamación, indicadores claros del envejecimiento.
Vía | Scientific American