Parece ser que reproducción sexual confiere una serie de ventajas evolutivas respecto de la reproducción asexual. En particular, la reproducción sexual genera muchas combinaciones nuevas de genes que de no existir el sexo, difícilmente se podrían dar. Pero la existencia del sexo plantea muchas preguntas y una de ellas es por qué existen especies en que diferentes sexos se parecen mucho entre ellos y otras en que son realmente diferentes.
Quizás el ejemplo más conocido sea el de los pavos reales, cuyos machos tienen una larga cola que utilizan para atraer a las hembras, mientras que las hembras no tienen dicha cola. También es sabido que los leones macho son muy diferentes de las leonas. No obstante, hay otros seres, como los caracoles, que se consideran hermafroditas; o sea, que son al mismo tiempo macho y hembra, pues tienen órganos de ambos sexos; curiosamente, no pueden inseminarse a sí mismos.
Pues bien, a estas variaciones en la fisionomía, a estas diferencias entre sexos se les llama dimorfismo sexual. Los sistemas de apareamiento y el dimorfismo sexual están fuertemente correlacionados.
Las especies en que machos y hembras son muy parecidos, el comportamiento sexual siguen dos patrones diferentes: o bien tienden a ser monógamas como los gansos, pingüinos, loros, etc.; o bien son promiscuas, como los chimpancés y los bonobos (dejando aparte el caso de los orangutanes, que son unos primates solitarios). Las especies donde hay mucho dimorfismo sexual o bien son polígamas, como los gorilas; o son fuertemente jerárquicas, como los macacos y los babuinos (en estos últimos, en peso, la diferencia es de un 180%).
Canibalismo sexual
Normalmente, los machos suelen ser más grandes en tamaño que las hembras, pero también hay ejemplos en que las hembras son mucho más grandes que los machos, como es el caso de los insectos del género Mantis o de las arañas Latrodectus mactans, más conocidas como "viuda negra". En estos dos casos se produce otro comportamiento llamado canibalismo sexual en el que las hembras se comen a los machos en diferentes momentos del apareamiento.
No se sabe muy bien el beneficio evolutivo en el que el macho muera después de haberse apareado. Hay científicos que afirman que las hembras pueden obtener beneficios nutricionales y, por tanto un aumento de fecundidad. Hay incluso comportamientos de complicidad masculina, o sea, que el macho se sacrifica sin apenas oponer resistencia, lo que sería equivalente a un suicidio. En este caso, los machos pierden las oportunidades de aparearse con otras hembras en el futuro. Hay científicos, no obstante, que afirman que reproductivamente es mejor que la hembra se coma al macho que no dejarlo herido de muerte, pues hay mayor probabilidad de que los descendientes sean de aquel macho que ha sido ingerido, ya que ha servido de alimento para la hembra.
Pero las acciones más observadas que se han observado de estos machos han sido de defensa, como el acercamiento con cautela a las hembras y la retirada rápida después de la cópula y otras técnicas para no ser canibalizados. Por ejemplo, los escorpiones varones a veces pican la hembra después de la deposición del espermatóforo, algunas arañas macho retrasan el cortejo hasta que la hembra haya capturado alguna otra presa.
Parece ser que para la Naturaleza será cierto el dicho de que en el amor y en la guerra todo vale.
Fuente | Juan Luis Arsuaga Manuel Martín-Loeches, El sello indeleble
Fuente | Kenwyn Blake Suttle
Foto | Pixabay
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