El color del pelo (y también el de los ojos y la piel) depende básicamente de la cantidad de melanina que heredamos de nuestros padres.
Aunque en el mercado existen tintes de todos los colores inimaginables, lo cierto es que nuestro pelo puede cambiar de color con el tiempo. Incluso una mujer con el pelo negro azabache puede terminar con el pelo rubio. Estos cambios de color pueden revelar afecciones genéticas, metabólicas o nutricionales. Incluso someterse a un tratamiento de quimioterapia puede cambiarnos el color y la textura del pelo.
Pero el caso más raro sucede cuando nuestro pelo adopta un tono verdoso. No es necesario ser un aficionado al manga y el anime para llevar el pelo de color verde, también puede ocurrir si nos bañamos a menudo en una piscina cuya agua está tratada con exceso de cloro.
O que tal vez se está filtrando cobre procedente de las tuberías de agua que llenan la piscina. De hecho, el color verde del pelo era algo muy corriente entre las personas que trabajan con cobre y metales.
Cuidado, el pelo verde también podría estar indicando que estás siendo sometido a un exceso de exposición al mercurio, que puede causar daños neurológicos, musculares, sensoriales y cognitivos.
La solución para dejar de tener el pelo verde y recuperar tu color natural pasa por aclararlo con zumo de limón o con vinagre.
En cualquier caso, el pelo verde no suele ser preocupante a nivel médico. Todo lo contrario si a tu pelo le aparecen bandas pigmentadas, como si fueras una cebra. A esto se le llama signo de la bandera, y se presenta con vetas de pelo descolorido o sin pigmentación.
A menudo rubias, grises o rojizas, estas vetas de pelo a menudo son signos de alarma que revelan graves carencias nutricionales, por ejemplo, de proteínas o hierro. Normalmente aparece en niños que viven en la pobreza. Pero las personas afectadas de anorexia nerviosa también es habitual este signo externo.
En general, los cambios en el color del pelo no siempre son permanentes.
A veces la cabellera recuerda su color originario cuando se trata la afección que ocasionó el problema o una vez terminada la quimioterapia o la radioterapia. No es que el cabello recupere su color de siempre, sino que los pelos nuevos crecen con ese color anterior o aún más oscuros. De manera que el cambio completo tardará un tiempo en producirse.
Vía | Escucha tu cuerpo de Joan Liebmann-Smith