Las hormigas son muy simples, pero forman colonias de millones de individuos que transforman su simpleza en una enorme cantidad de comportamientos complejos. Se cuentan por miles los comportamientos sociales complejos de estos insectos, pero la enseñanza no se había detectado hasta ahora. Nigel Franks y Tom Richardson de la Universidad de Bristol en Inglaterra han constatado que, en ocasiones, un grupo formado por dos hormigas realiza el camino entre el nido y una fuente de comida, de forma que el líder del grupo, el profesor, se para durante el camino varias veces y espera a que la hormiga "alumna" se familiarice con ese fragmento de camino. La hormiga líder esperará el tiempo necesario hasta que la principiante le de "unas palmaditas en la espalda", en realidad, unos golpecitos con las antenas con una frecuencia y cantidad determinadas.
Se ha comprobado este mecanismo experimentalmente, sustituyendo a la hormiga perseguidora por unos golpecitos con un cabello o una fibra, de forma que al ser golpeada con la cadencia adecuada, la hormiga docente arranca hacia el siguiente punto de exámen. Además de ser un comportamiento sorprendente, las hormigas hacen dos cosas: el profesor se adapta a las capacidades del alumno (para no avanzar demasiado rápido y que se pierda), y el alumno le indica al profesor dónde tiene más dificultades para aprender (y por tanto, dónde deben pararse a repasar). Mucho se tendría que aprender en materia educativa de las "simples" hormigas.
Vía | Scientific American