Una temperatura de 10 ºC puede suponer estrés o muerte para muchos animales antárticos, pues todos ellos están adaptados para vivir en aguas que rozan la congelación. Pero no es lo que sucede con el pulpo antártico Pareledone charcoti. Gracias una estrategia nunca vista anes, a través de una proteína presente en la sangre y que transporta el oxígeno, es capaz de soportar temperaturas bajo cero e incluso de resistir a un aumento de temperatura. Podéis verle en acción en el vídeo que encabeza la entrada.
El Instituto Alfred-Wegener del centro Helmholtz para la Investigación Polar y Marina (Alemania) han publicado este estudio sobre el mecanismo del pulpo de marras en Frontiers in Zoology. La proteína implicada está presente en la ‘sangre’ de algunos crustáceos, arácnidos y moluscos y cumple la misma función que la hemoglobina de los vertebrados al transportar oxígeno a los tejidos. Sin embargo, en lugar de contener hierro, contiene cobre, lo que hace que el color de la hemocianina cargada de oxígeno no sea rojo, sino azul.
Vía | Sinc
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