Este curioso animal de la fotografía, Pseudoryx nghetinhensis, o "buey de Vu Quang", es el último mamífero en descubrirse. No es un ratoncito inconspicuo y casi invisible, que todo el mundo conocía pero que por complicados tejemanejes del DNA se revela como nueva especie. No. Es un animal con aspecto de venado de casi 100 kilogramos, lo cual no deja de ser sorprendente. Eso sí: habita en lo más intrincado de las selvas del Vietnam, y por ello ha pasado algo desapercibido durante siglos de exploración naturalista.
Cierto es que el asunto no está de rabiosa actualidad, ya que fue descubierto por la ciencia en 1992. Sin embargo esto da que pensar: si este animal, grande, vistoso, comestible, ha tardado tanto en ser descubierto... ¿qué cantidad de cosas esperan ocultas en las selvas y que aún están a la espera de ser descubiertas? En las selvas de Vietnam se han descubierto un buen número de especies en los últimos 15 años. Este mismo septiembre los científicos descubrieron 11 especies de animales y plantas en una región remota conocida como el "corredor verde" en el centro de Vietnam. Esta región conocida como la Cordillera Truong Son, albergaba una especie de serpiente, dos especies de mariposas, cinco especies de orquídeas y tres especies de plantas típicas de los bosques tropicales, hasta ahora desconocidas.
En opinión de Chris Dickinson, un especialista en la zona de WWF, "sólo pueden descubrirse nuevas especies en lugares muy especiales", y Vietnam, al parecer, lo es. Sin embargo es difícil hacerse una idea de cuántos "lugares muy especiales" quedan aun en la Tierra.
Respecto al buey de Vu Quang, es un animal de la familia Bovidae, aunque algunos los emparentan más bien con las cabras. Es un animal solitario que vive en bosques tropicales de montaña. Sorprendentemente se muestra muy confiado en presencia de humanos, no mostrándose ni tímido ni asustado. Sin embargo en presencia de perros (en estado silvestre) muestra un comportamiento muy diferente: huye hacia corrientes de agua y una vez allí los encara si no desisten de su acoso.
Este animal, en mi opinión, simboliza una situación esperanzadora y casi ingenua de la Naturaleza. Por una parte muestra que los humanos, realmente, hemos dejado rincones del planeta sin transformar en absoluto. Por otra parte muestra que hay cosas que han existido y existen sin que las tengamos que proteger en parques naturales o zoológicos, que han existido y existen sin nuestra ayuda y muy bien pueden seguir donde están.