En efecto, ellas los prefieren tontos. Los machos tontos parecen atraer más a las hembras. Al menos en el mundo de los murciélagos.
Es la conclusión a la que llegó el biólogo evolucionista Scott Pitnick, de la Universidad de Syracusa, que se dedicó pacientemente a reunir datos sobre el tamaño del cerebro y los testículos de 334 especies de murciélagos: los machos con mayor capacidad craneana tenían mayor tendencia a poseer testículos pequeños, y viceversa.
La razón de esta dicotomía es que ambos órganos requieren de mucha energía desde el punto de vista fisiológico para ser mantenidos, y el alto metabolismo de los murciélagos y su constante movimiento no les dejan una excesiva reserva de energía, de modo que han evolucionado para favorecer uno u otro órgano.
Tal y como señala en el libro ¿Sabías qué...?:
Los testículos suelen tener mayor tamaño en las especies en las que las hembras son especialmente promiscuas (el volumen, y por tanto espera, cuentan), y el tamaño es importante cuando el esperma de diferentes machos intenta abrirse paso en el proceso reproductivo.