Este fragmento de madera tiene más de 160 años pero su mérito no está en ser viejo, sino en ser una de las muestras que el naturalista Charles Darwin recogió en su expedición a bordo del Beagle a mediados del siglo XIX.
Al parecer los fósiles, restos de plantas y maderas, se quedaron olvidados en un cajón pendiente que el botánico Joseph Hooker (el mejor amigo de Darwin), los clasificara.
Casi dos siglos después, alguien ha dado con ellos y ahora se pueden ver en la web del Instituto Geológico Británico.
En el interior del cajón había cientos de preciosas láminas de vidrio con delgados y traslúcidos fósiles de plantas en su interior, de manera que estaban ya preparadas para su estudio en microscopio
Ha declarado el paleontólogo inglés Howard Falcon-Lang, descubridor del tesoro.
En el transcurso de su visita a la Isla de Chiloe, en Chile, Darwin encontró muchos fragmentos de lignito negro, sílice, pirita y madera, a menudo integrados.
Las muestras llegaron a Inglaterra pero no fueron numeradas y fueron olvidadas en los archivos. Más tarde la colección se trasladó varias veces y poco a poco se quedó en el olvido.
Vía | RTVE