Según un nuevo estudio que recopila décadas de investigaciones, las chinches o nipas gigantes son depredadoras acuáticas temerarias que son capaces de zamparse patos, tortugas y hasta serpientes venenosas.
Existen unas 150 especies conocidas. Las de mayor tamaño, Lethocerus grandis y Lethocerus maximus, viven en Sudamérica y pueden medir más de 10 centímetros.
Naipas gigantes
La investigación, publicada en marzo en la revista Entomological Science, examina más detenidamente la ecología de las chinches acuáticas gigantes.
El autor del estudio Shin-ya Ohba, profesor adjunto de entomología en la Universidad de Nagasaki, Japón, nos muestra en la siguiente foto cómo un Kirkaldyia deyrolli, un depredador de arrozales y humedales, devora a una tortuga. Usando la presa está a su alcance, los depredadores cierran de golpe las patas delanteras y atrapan a la criatura con las otras patas. A continuación, las chinches pican a su presa con una probóscide similar a un cuchillo, e inyectan enzimas y posiblemente sustancias químicas anestésicas.
Las hembras de esta especie están tan empeñadas en encontrar una pareja que se comen los huevos de otras hembras.
Con todo, aunque se nos antojen terroríficas, la condición de superdepredadores de estos chinches implica que son fundamentales para mantener un ecosistema sano.
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