En el ámbito de los insectos, la longevidad no se prodiga demasiado: la cachipolla, por ejemplo, puede tener una esperanza de vida de apenas unos meses.
Entre la vida marina, sin embargo, tenemos ejemplos de criaturas ciertamente longevas, dede la medusa Turritopsis nutricula (capaz de rejuvenecerse a sí mismo) hasta almeja oceánica, un molusco marino nativo del Atlántico Norte de 8 cm de largo con una edad estimada de 507 años. Por eso es tan llamativo que exista un pez que apenas vive dos meses.
Eviota sigillata
Eviota sigillata es una especie de peces de la familia de los Gobiidae en el orden de los Perciformes cuya longevidad máxima registrada es de solo 59 días.
Los machos pueden llegar alcanzar los 3 cm de longitud total.
Es autóctona de los arrecifes de coral tropicales de los océanos Índico y Pacífico. Se encuentra así desde las Seychelles hasta la Gran Barrera de Coral y Tonga.
Su vida excepcionalmente fugaz convierte a esta criatura, además, en el vertebrado con la vida más corta del mundo.
El segundo insecto (tras la cachipolla, vuya fase final de vida es de apenas 24 horas) entre los animales con la vida más corta es el gastrotrico. Este insecto vive en el fondo del ecosistema marino. Nace, se desarrolla y muere en tres o cuatro días; ese es el momento en el que también alcanza la madurez sexual que le permite reproducirse. La popular hormiga también en uno de los insectos y animales con menos promedio de vida; su esperanza media es de apenas tres semanas.
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