Científicos británicos han manipulado genéticamente 500 gallinas ponedoras con genes humanos productores de proteínas para que produzcan huevos ricos en proteínas, útiles para elaborar distintos fármacos contra enfermedades como el cáncer. Las manipulaciones se han realizado en el Instituto Roslin de Edimburgo, lugar donde nació la famosa oveja Dolly.
Lo atractivo del descubrimiento es que la modificación genética de las gallinas puede perdurar durante varias generaciones, con lo que se puede realizar un planteamiento de suministro en masa a los laboratorios farmacéuticos con un coste del producto mucho menor. De momento ya van 5 generaciones de gallinas desde las primeras modificadas genéticamente y las últimas mantienen una alta producción proteínica en sus huevos.
Sin duda es un barato y efectivo método para producir medicamentos, el paso siguiente sería poder comerte un huevo frito a sabiendas de que te estás medicando contra una determinada enfermedad. “Yo me como dos, que tengo un catarro bestial”
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