La temperatura corporal media en el ser humano se cifra en 37º C, entendiéndose que ésta es la más conveniente para nuestro cuerpo. En determinados sujetos, la temperatura puede variar ligeramente unas décimas arriba o abajo, pero salvo estos casos, una variación de esa cifra se considera fiebre, y síntoma de que algo está yendo mal. Lo que hoy os acerco es un estudio publicado en la revista Nature que propone que quizás esta temperatura no sea la ideal al fin y al cabo.
La experiencia ha sido realizadaa, como es habitual, con ratones, a los que se les ha reducido la temperatura media corporal en medio grado. Esto, según afirman, ha alargado la vida media de los sujetos en al menos un 20%, lo cual traducido a la expectativa humana de esperanza de vida serían unos 7 u 8 años.
No deja de ser curioso para mi un estudio de este tipo: intentar demostrar propiedades en principio beneficiosas para nuestra salud, y una vez comprobada la tesis en ratones, proponer la misma experiencia en humanos (aunque no se llegue a hacer) por si acaso funciona. He de decir que en el propio artículo de Nature, que podéis ver en el enlace de abajo (inglés) se plantean unas cuestiones ciertamente interesantes. Pero vayamos por partes.
La razón aducida para afirmar que el enfriamiento ligero global de la sangre puede ayudar a frenar un poco el metabolismo y a para en cierta medida la generación, por ejemplo, de radicales libres, causantes del envejecimiento y muerte celular. Una dieta con un aporte calórico menor permitiría reducir la temperatura corporal en cierta medida y alargar la vida celular en esa esperanza del 20% sugerida.
La cuestión que nos lleva a dudar de este resultado, igual que dejan ver en Nature es la cuestión evolutiva. Miles, cientos de miles o millones de años de evolución a favor de la temperatura de 37ºC no deberían estar equivocados, y sugieren que quizás esa temperatura de 36.5ºC pudiera acarrear otro tipo de problemas de salud que quedarían ocultos con la experiencia de laboratorio. Desde luego, si apoyamos la teoría de la evolución selectiva (como es mi caso), es descabellado pensar que la naturaleza se haya "equivocado" (si es que se puede dotar a la naturaleza de esa facultad). Es más, la temperatura es ideal para ciertos procesos bioquímicos, que quizás con medio grado menos no se llevarían a cabo con tanta eficacia. Es un tema complicado, y de momento ahí tenemos el estudio sobre ratones, que al fin y al cabo aporta una serie de datos que habrá que contrastar con el tiempo.
Vía | Nature News