Los babuinos son capaces de diferenciar en la voz de sus semejantes, y en base a lo que están viviendo, si un rugido de ira va dirigido a ellos o no. Y eso sin ver directamente al autor del grito. Es decir, son capaces de intuir las intenciones de otros individuos por medio de las vocalizaciones, siendo los primeros animales en los que se ha observado este fenómeno (excepto, claro, en los humanos).
El experimento realizado para comprobar este fenómeno fue el siguiente: contando con una comunidad de unos 70 ejemplares, los investigadores reprodujeron la grabación de un grito producido por un macho dominante y dirigido a una hembra de escala social inferior. Una vez reproducido el grito de enfado, los babuinos levantaron sus cabezas automárticamente hacia la fuente de sonido, pero las hembras que habían estado anteriormente (en un plazo corto de tiempo) con sus machos dominantes fueron considerablemente más rápidas, y estaban mucho más dispuestas a abandonar el lugar que los demás. A pesar de lo natural que es para nosotros esta asociación de ideas, es en realidad una mezcla complicada de inferencias a realizar, todo un mérito.
Vía | Science Now