Hay algo en nosotros que repele a los mosquitos. Lo complicado es averiguar que es exactamente. En general, los mosquitos son atraídos por el olor humano, esto se debe a que contiene algunas sustancias como el ácido láctico que las atraen.
Pero estas sustancias están presentes en todas las personas en mayor o menor cantidad, ¿por qué algunas no atraen a los insectos? Algún otro producto químico parece superar esa atracción. Buscándolo, investigadores de la Universidad de Aberdeen y del centro de investigación Rothamsted seleccionaron a las personas que menos atraían a los insectos y recolectaron su sudor. Mas tarde, separaron los productos químicos presentes uno a uno para analizar la respuesta de los insectos. Utilizaron diminutos electrodos en las antenas de los mosquitos para analizar su respuesta a cada producto químico.
Parece que lo han conseguido. Digo parece porque los resultados van a ser convertidos en una patente, de momento confidencial, para garantizar los beneficios económicos. Únicamente se sabe que el producto es utilizado actualmente como ¡aditivo alimentario!, así que probablemente sea inofensivo. También se dice que, en grandes cantidades, tiene un olor frutal, así que suponemos que será agradable.
Más allá de nuestra comodidad en verano, el descubrimiento podría generar importantes ventajas en la salud del tercer mundo. Enfermedades como la malaria dependen de los insectos para propagarse. Un repelente barato e inofensivo para personas y medio ambiente seria la solución ideal controlar su extensión. Actualmente se esta probando el producto en África con 16 voluntarios. ¿Acabaremos añadiéndolo a las medicinas que enviamos como ayuda humanitaria?
Vía | New Scientist En Genciencia | Las enfermedades viajan con el cambio climático