Ocho lugares donde podemos encontrar extremófilos

Con todo, no es necesario irse a otros planetas para descubrir formas de vida que parecen violar todo lo que sabemos sobre la vida, hasta el punto de que parecen seres extraterrestres: aquí, en la Tierra, tenemos ya algunos ejemplos.

Son los extremófilos, microorganismo que vive en condiciones extremas. Tan extremas como los ocho lugares que vienen a continuación:

1. Cherbóbil

Después del desastre nuclear de Chernóbil, de 1986, la región se ha convertido en uno de los lugares más inclementes para la vida. Sin embargo, podemos encontrar especies que se adaptan a las duras condiciones de radioactividad, como el gusano Anisakis simplex.

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2. Mar Muerto

La sal no se lleva bien con la vida, al menos en grandes cantidades. Por eso el mar Muerto, un lago salado situado a 416,5 m bajo el nivel del mar entre Israel, Cisjordania y Jordania, se llama así, porque tiene una gran concentración de sal en sus aguas, lo que elimina todo rastro de vida. Bueno, todo rastro, no, porque hospedan bacterias como la Chromohalobacter beijerinckii.

3. Desierto

Bacterias y microorganismos, como los tardígrados, pueden sobrevivir en ambientes muy áridos y sin agua durante casi una década. En ese sentido, el lugar más árido que se conoce es el desierto de Atacama, en Chile: un año registró 0 litros por metro cuadrado. Técnicamente, un desierto es un lugar donde las precipitaciones anuales son inferiores a 254 milímetros, y en el Sáhara solo llueve una media de 25; pues en Atacama solo llueve 0,1 milímetros de media: 250 veces más árido que el Sáhara.

4. Cuevas oscuras

En las cuevas donde nunca penetra la luz del sol viven escarabajos, como el Aphaenops tellkamp o escarabajo de la cueva.

5. Dentro de rocas

A tres kilómetros bajo la superficie de la Tierra habitan amebas y algunas bacterias resistentes que viven dentro de las rocas. Se llaman, por ello, endolíticas.

6. Volcanes

Los volcanes, a pesar de ser tan destructivos, pueden albergar vida. Por ejemplo, si visitáis volcanes en Micronesia os podéis tomar con el pájaro megapodius Laperouse, la talégala de las Marianas, que coloca sus huevos en las cenizas calientes de los volcanes para incubarlos. En lugares como la cueva de Kauai, hay canales horadados por la lava volcánica en los que viven ciempiés y arañas, como la araña lobo (Adelocosa anops).

7. Fuentes hidrotermales

Respiraderos submarinos con temperaturas de hasta 400 ºC son el hábitat de bacterias, gusanos de tubo y del Crysomallon squamiferum, un caracol con cáscara de hierro: la parte externa está compuesta por partículas de sulfuro de hierro, la del medio es de material orgánico y la más interna es una capa calcificada. El robusto caparazón del 'Crysomallon squamiferum' podría inspirar nuevos materiales para los blindajes militares, según un estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

8. Bajo cero

El frío también resulta poco apropiado para la vida, y sin embargo, si echamos a pasear por el hielo antártico, y practicamos un agujero de nada meno que 183 metros de profundidad, podemos encontrarnos con un 'Lyssianasid amphipod', una criatura parecida a un camarón o gamba. Un lugar que, hasta este hallazgo, se creía imposible para la vida. De hecho, algunas arqueas y bacterias muy resistentes, como la Cytophaga-Flavobacterium-Bacteroides, pueden sobrevivir en agua salada a -20 ºC.

Foto | Jim Peaco, National Park Service (Dominio público) | Anilocra

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