Si tenemos en cuenta los kg de alimento ingeridos, los animales grandes son los que más comen. Una ballena azul, por ejemplo, necesita diariamente varias toneladas de plancton. No en vano, la rapidez en el crecimiento de la ballena azul es asombroso: al nacer, pesa como una elefanta, y luego gana 90 kilos… en 24 horas.
Un elefante ingiere 300 kg diarios de forraje. Por ello, en libertad, un elefante dedica de 18 a 20 horas a conseguir forraje.
Pero si contemplamos lo que come un animal en proporción a su tamaño, entonces los animales pequeños comen mucho más que los grandes. El record al respecto lo ostenta la musaraña enana, un pequeño ratón de hocico puntiagudo que solo pesa 3 gramos pero que ingiere al día 9 gramos de insectos, es decir, tres veces su peso.
Tal y como explica Nikolaus Lenz en 1.000 preguntas y respuestas:
De hecho, está todo el tiempo a la búsqueda de alimento e incluso come medio dormido. Serían suficientes unas pocas horas sin alimento para estar amenazado de morir de hambre. Sin embargo, son todavía más voraces algunos insectos. El mosquito de la especie Culex se hincha diariamente hasta quince veces con sangre ajena y cada vez duplica su peso.
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