Un bunker en el Polo Norte para 3 millones de semillas

Imaginemos una catástrofe global, el impacto de un meteorito, una oleada de vulcanismo masivo o una plaga biológica incontrolable. Los supervivientes necesitarían todo tipo de recursos para reconstruir la civilización. Entre ellos, las semillas serian fundamentales. Hace unos meses, el gobierno noruego comenzó un estudio sobre la posibilidad de crear un almacén que garantizase la protección de tres millones de semillas ante cualquier eventualidad.

Esta semana ha aprobado definitivamente el proyecto y el almacén será construido. Y, puestos a hacerlo, hay que hacerlo bien. Los diseñadores han pensado en un deposito capaz de resistir cualquier eventualidad. Un bunker formado por paredes de hormigón de un metro de espesor, situado en el interior de una montaña y localizado en Svalbard, una isla aislada y remota cercana al Polo Norte.

El bunker no necesitará energía ni mantenimiento. En cambio, abrirá sus puertas en invierno para dejar entrar el aire a 18 grados bajo cero. El frío conservara las semillas ya que, incluso en verano, la temperatura media ronda los tres grados bajo cero. E incluso si el efecto invernadero se dispara, el permafrost mantendrá la montaña y el bunker congelados durante mucho tiempo. Las semillas procederán de distintos gobiernos de todo el planeta que las cederán en deposito bajo un programa de Naciones Unidas.

No esta previsto que el bunker este habitado por personas, ni que se situé vigilancia en el mismo. Pero como indica uno de los promotores del proyecto, estará “permanentemente patrullado por osos polares”. Esperemos que sea suficiente o, aun mejor, innecesario.

Vía | The Register Más información | New Scientist

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