Las huellas dactilares son consecuencia de las particulares presiones intrauterinas (por eso cada uno de nosotros tenemos nuestras propias huellas). Sin embargo, el proceso de formación de nuestra huella social, el rostro, es todavía más fascinante.
Tal y como podéis comprobar en esta animación por ordenador que encabeza el post, concebida a partir de la información proporcionada por ecografías tomadas entre la cuarta y la sexta semana de gestación por parte de un equipo del programa de la BBC Inside the Human Body.
Vía | AbadíaDigital