El veneno de las abejas es una medicina natural que ellas mismas, cual expertas acupuntoras, saben aplicar a sus pacientes, una técnica que ha demostrado sus beneficios para sanar enfermedades como la artitris, la artrosis o la psoriasis y que es tan antigua como desconocida.
Los romanos ya utilizaban las picaduras de abejas para combatir, por ejemplo, las migrañas, según explica José David Versaci, un apiterapeuta especializado en tratamientos con apitoxina, el veneno de las abejas, una sustancia que es un estimulador natural de la producción de corticoides y que además contiene dopamina.
Pero la química de los componentes de su veneno no lo es todo, ya que las abejas, además, tienen una sabiduría especial para detectar el punto exacto en el que el cuerpo tiene un conflicto y en el que deben clavar su aguijón e inyectar su veneno.
Vía | EFE
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