¿Cuál es el aporte del ser humano al calentamiento global? ¿Cuál es el aporte del ser humano a la cantidad total de CO2 en la atmósfera? Es difícil de concretar. También es difícil conocer qué pasa con esa cantidad de CO2 una vez que es emitido a la atmósfera. Se sabe (¿o no?) que más o menos la mitad es absorbido por las plantas. Y una tercera parte absorbido por el mar. ¿Con qué velocidad se saturan los mares o los bosques? ¿Cómo evolucionan sus tasas de absorción?
Estas cuestiones y muchas otras relacionadas con el cambio climático requieren un tratamiento numérico mucho mayor del que se les ha dado hasta el momento. Las hipótesis vagas y no basadas en datos empíricos sino en escenarios (método utilizado por el IPCC) puede llevar a una toma de decisiones equivocada.
Las cifras aportadas por la Energy Information Administration de EEUU, sobre emisiones de cada país de CO2 y su evolución anual, combinadas con los datos de cantidades totales de este gas en la atmósfera (obtenidos en The Web According to Buckner), llevan a conclusiones sorprendentes, teniendo en cuenta el tipo de noticias a las que el espectador medio está acostumbrado.
Según estos datos el ser humano, desde 1949, ha contribuído con un 0,0203% a la cantidad total de CO2. No parece un dato muy escalofriante.
Según cómo se utilicen esos datos las conclusiones a las que se llegan son muy diferentes. Diferentes asunciones (no necesariamente disparatadas) llevan a conclusiones diferentes. Extrapolaciones de los datos en base a diferentes tendencias (para rellenar periodos temporales de los que no se tienen datos) llevan a conclusiones diferentes. Por ejemplo, asumir que las emisiones han evolucionado linealmente, o asumir que las emisiones han evolucionado igual que en Estados Unidos, o asumir que las emisiones han evolucionado exponencialmente o potencialmente según determinada fórmula, o asumir que la proporción relativa de cada país se ha mantenido constante o a evolucionado siguiendo un patrón predecible, lleva a conclusiones diferentes. Utilizar datos que fluctúan en el tiempo (peso de la atmósfera, proporción de dióxido de carbono en la atmósfera, cantidad de superficie forestal del planeta, distribución de los bosques) como si fuesen estáticos lleva a errores. Las asunciones que se hagan para controlar ese error llevan a conclusiones diferentes. El usar una fuente u otra lleva a conclusiones diferentes (NOAA o EIA). El desconocer el intervalo de confianza para cada dato que se utiliza lleva a no conocer la fiabilidad del cálculo que se está haciendo.