Existe el mito (y es un mito, porque no se basa en evidencias significativas) de que el aumento del número de ciclones es una prueba o evidencia indirecta del cambio climático. Y esto no es así. El error viene del peso que tiene en el mundo Occidente (Estados Unidos y Europa), y de la importancia desproporcionada que se le da en los medios de comunicación a todo lo que afecte a estas partes del mundo.
Es significativa y repetida en muchas ocasiones (no necesariamente con mala intención) la anécdota de que hace poco se quedaron sin letras del alfabeto para poder nombrar a todos los huracanes en Estados Unidos (recordemos que dan a cada huracán un nombre que empieza con una letra del abecedario, en orden de ocurrencia anual).
Eso es cierto: en el Atlántico Norte (y solo ahí) hubo un excepcional número de huracanes. Un año excepcional. No necesariamente repetido ni significativo. Y los huracanes del Atlántico Norte solo representan el 15% del total mundial. En el mundo en su conjunto el número de huracanes/tifones/ciclones ni ha aumentado ni ha disminuido desde que se tienen registros fiables y obtenidos con criterios homogéneos. No presenta ninguna tendencia. Se mantiene.
Vía | Antón Uriarte
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