Existen dos métodos para acceder a las aguas del subsuelo:
En los circuitos geotérmicos abiertos, las bombas de calor extraen energía directamente del agua subterránea canalizada desde los pozos.
Por el contrario, los sistemas cerrados están diseñados para hacer circular agua mezclada con anticongelante no tóxico a través de cañerías de polietileno de alta densidad.
Las tuberías pueden introducirse en pozos verticales o, cuando hay tierra suficiente pueden tenderse horizontalmente canalizaciones de plástico en zanjas situadas por debajo de la línea de congelación.
Pero, ¿hasta que punto es ecológica la tecnología de las bombas de calor geotérmicas?
La única energía no renovable es la electricidad.
La factura mensual de la electricidad será mayor, pero el sistema puede eliminar el coste del combustible para el invierno. Por el contrario, las facturas de aire acondicionado (aacc) en verano pueden reducirse a la mitad o incluso 2/3.
A veces, los sistemas geotérmicos cuestan el doble que un equipo de calefacción y aacc convencional, porque perforar pozos geotérmicos es caro.
Para la instalación de un sistema de tres toneladas, el apropiado para una vivienda de unos 195 m2, sería necesario la perforación de tres pozos de unos 50 metros de profundidad y entre 15 y 20 cm de diámetro. Con un coste total de 9.200 (aprox.) dólares. Lo más probable es que el equipo se amortice en unos 2 o 3 años.
El precio incluye la canalización de las tuberías en los pozos, enlecharlas, unir las tres líneas en un colector y abrir una zanja de dos metros de profundidad hasta los cimientos para las líneas de suministro y retorno que se conectan con la bomba de calor instalada en el sótano (normalmente).
El motivo por el que el equipo pasa completamente desapercibido es porque está bajo tierra y con una buena cubierta vegetal tenemos asegurada la total discreción.
Lo más importante de todo es la completa independencia de los combustibles fósiles, ¿no os parece una buena alternativa?
Vía | The New York Times