La ciencia y la innovación tecnológica ya no competen exclusivamente de genios individuales aislados entre sí, sino que constituyen una empresa colaborativa en la que se ha revelado que los premios son grandes incentivos (como XPrize) y que la ciencia puede ser un negocio (véase la visión start-up de Silicon Valley o la Singularity University de Google y NASA, o las dividendos de Elon Musk o Dean Kamen, entre otros ciberfilántropos).
Además, la inversión en ciencia es la forma más eficaz de lograr que un país crezca, como pone en evidencia, entre otros, el Atlas de complejidad económica, que tiene en cuenta las exportaciones de 128 países y su producción.
El campo de la biomedicina es particularmente permeable a esa visión de las cosas. Una de las mayores exportaciones que lleva a cabo España guarda relación con los medicamentos envasados, por ejemplo: un 4,7% del total (unos 10.000 millones de dólares). Para tener una idea de cuánto supone eso, exportamos la mitad que Alemania. Y una cuarta parte de Estados Unidos.
Transferencia tecnológica Botín
Conscientes de que en la investigación en ciencia puede establecerse una relación win-win donde todos ganan (los inversores y los propios ciudadanos, así como la economía del país), la Fundación Botín lleva más de diez años mejorando la eficiencia de la transferencia de tecnología del laboratorio a la sociedad a fin de propiciar riqueza económica y social, sobre todo en el ámbito biomédico.
Concretamente, los esfuerzos de inversión de la Fundación Botín se han concentrado en la investigación de cáncer (33%), enfermedades neurodegenerativas (7%), síndrome metabólico (6%) y envejecimiento (9%), así como en ámbitos no relacionados directamente con enfermedades pero necesarios para su conocimiento y comprensión (26%). El 17% restante se ha invertido en terapias avanzadas, medicina regenerativa, enfermedad cardio respiratoria, biomateriales…
La inversión ha sido de 2,8 millones de euros de media anuales en la unidad de Ciencia, y 2,7 millones de media anual destinados directamente a investigación.
Los resultados de este esfuerzo han sido 325 nuevas ideas con potencial de aplicación, de las cuales el 28% han derivado en invenciones. 48 patentes presentadas, de las cuales se han firmado 27 acuerdos con empresas para desarrollarlas. 1410 publicaciones en revistas científicas de los investigadores financiados.
También se han creado 4 start-ups desde 2010. Lo cual todavía dista mucho de la inversión que otros países realizan, pero nos demuestra que España está capacitada para subirse al tsunami de hipertecnología que se avecina. Solo se necesita más inversión y muchas más iniciativas como las presentadas por la Fundación Botín.
Para inspirar a nuevos investigadores, inversores y, en general, esta nueva filosofía que debería imperar en el futuro de España, la Fundación Botín también ha editado un libro con las biografías de 28 investigadores que lo han hecho posible. Personas que están cambiando el mundo y que apenas tienen espacio en los medios de comunicación de masas. Héroes del siglo XXI. Aquí podéis descargar gratuitamente el libro para conocer sus historias.
Imágenes | Sergio Parra
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