Si tratamos de imaginar un lugar donde nieva mucho, enseguida nos vienen a la mente lugares como la Antártida. Sin embargo, Estados Unidos es el país que recibe las nevadas anuales más abundantes de todo el mundo, incluida la Antártida; por ello, seguramente, Wilson Bentley, que nació en una fría granja Vermont, en 1865, se fijó tanto en los copos de nieve.
Y tanto lo hizo que incluso descubrió que podía recoger copos de nieve en una pizarra y meterlos en casa para mirarlos a través de su microscopio, sin que se derritieran por el camino. Bentley fue una de las primeras personas que afirmó que todos los copos de nieve parecían distintos entre sí. A pesar de que entre los seres humanos podían haber clones, como los gemelos, e incluso lugares donde había muchos gemelos, no ocurría lo mismo con los copos de nieve: todos presentaban alguna pequeña diferente que los hacía únicos.
Bentley también se convirtió en la primera persona en hacer fotografías a copos de nieve a través de microscopio, allá por 1885. Y como el resto de su vida estuvo realizando estas fotografías, se ganó el apodo de “Copito” Bentley. En total, Bentley realizó nada menos que 5.381 fotografías de copos de nieve, atestiguando que, en efecto, todos ellos eran distintos entre sí.
Un copo de nieve no es más que un diminuto cristal de hielo en el interior de una nube, que crece a medida que desciende en espiral hacia el suelo. La forma que adopta finalmente el copo, pues, viene dada por múltiples factores, como la humedad del aire o el frío que hace justo en el sitio donde está el copo de nieve. ¿Entonces podemos decir que todos serán diferentes?
Justin Pollard lo explica así en Las grandes preguntas de los niños, compilado por Gemma Elwin Harris:
A lo largo de la historia del mundo han caído muchísimos copos de nieve. De hecho, en tan solo un litro de nieve hay un millón de copos, así que si pensamos en toda la historia del mundo, debe de haber caído un nonillón de copos nieve. Son muchísimos. Si quieres hacerte una idea de cuántos, piensa que si cubrieras el mundo con un nonillón de billetes de cinco euros, el montón resultante tendría un espesor de 55.620 kilómetros en todo el perímetro terráqueo.
¿Podrían ser exactamente iguales dos de ellos? La verdad es que no podemos estar seguros, porque no hay nadie que los haya visto todos. En cualquier caso, los matemáticos han determinado que de los millones de octillones de copos de nieve que han caído a lo largo de la historia, solo dos podrían haber sido iguales bajo el microscopio de “Copito” Bentley y que, incluso así, lo más probable es que, al examinarlos bajo un microscopio mucho más potente, aparecieran diferencias minúsculas.
A lo largo de la historia, han sido diversos los intentos de clasificar los diferentes copos de nieve, pero, habida cuenta de su complejidad, es imposible determinar un único modo de clasificarlos.
Entre las clasificaciones más comunes está la que se muestra en la imagen superior con un total de 35 diferentes tipos, la de la Comisión Internacional de Nieve y Hielo basada en 7 tipos básicos con varias modificaciones, la clasificación de Nakaya con un total de 41 tipos de copos de nieve, y la clasificación de Magono and Lee, la más compleja hasta la fecha con un total de 80 tipos de cristales.
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