El mayor poder radiactivo conocido hasta la actualidad en un elemento químico corresponde al radio, descubierto tal día como hoy hace 119 años por Pierre y Marie Curie.
La radiactividad es la emisión de partículas y/o radiaciones procedentes de la desintegración espontánea del átomo.
El hogar del radio
En su investigación, los Curie descubrieron el radio en una variedad de uraninita del norte de Bohemia.
El radio es extremadamente radiactivo, un millón de veces más que el uranio. Y, sin embargo, hubo una época, a principios del siglo XX, en que el radio se puso de moda. Por ejemplo, se empezó a añadirse radio al agua mineral, los dentífricos, las cremas cosméticas y hasta el chocolate, tal y como os expliqué en ¡Beba refrescante agua radiactiva!. Tal y como añade Hugh Aldersey-Williams en La tabla periódica:
A menudo se invocaba el apellido Curie para respaldar estos remedios, en muchos casos de manera ilícita. Se decía que el Tónico Capilar Curie restauraba el crecimiento y el color del cabello, por ejemplo. Esta licencia comercial puede excusarse en cierta medida pues el propio Instituto del Radio de los Curie concedía su imprimátur a productos que contenían de manera genuína una fuente de emanación de radio. (...) El Instituto del Radio había conseguido asimismo la licencia para garantizar dispensadores de radiación cromados para instalar junto a la bañera. Estos émanateurs o "fuentes" hacían burbujear gas radón procedente de una fuente de radio que se desintegraba a lo largo de un tubo de goma en el agua de la bañera; también se utilizaban para añadir efervescencia a las bebidas. Ahora son objetos muy buscados.
Afortunadamente, en la década de 1930 ya era absolutamente evidente que, a pesar de toda la moda, el radio era un grave peligro para salud. Y, desde entonces, se ha culpado a la manipulación del radio de la prematura muerte de Marie Curie.
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