Cuando oímos la palabra radiación nos ponemos en guardia porque sabemos que hay peligro. Pero hemos de especificar. La radiación peligrosa que recibimos es la ionizante. Esa palabra ionizante significa que esa radiación es capaz de arrancar electrones de los átomos que componen la materia y, por tanto, a nosotros. La radiación ionizante se mide con contadores Geiger.
De hecho, si acercamos un contador Geiger a un router, una wifi o un horno microondas comprobaremos que no altera su medida, lo que quiere decir que esa radiación no es capaz de arrancar los electrones de los átomos. Otra cosa es que seamos capaz de detectar la radiación no ionizante pero, insisto: no arranca electrones de los átomos.
La dosis de radiación equivalene absorbida se mide en unas unidades llamadas sieverts, equivalentes a julio entre kilogramo. El problema es que son unidades muy grandes cuando tratamos con el cuerpo humano. Si uno se expone a más de 10 sieverts probablemente muera en seguida. Hay que decir que todo esto tiene también una cuestión probabilísitica importante. Por ejemplo, una dosis de 6 sieverts provoca la muerte en 14 días al 90% de las personas. Una dosis de 4 sieverts provoca la muerte en 30 días al 50% de las personas que lo reciben; 3 sieverts serían un efecto médico grave y 1,5 sería un efecto médico notable.
Hay que bajar a medio sievert para poder decir que tenemos efectos a largo plazo. Por debajo de 0,25 sievert se considera que no hay consecuencias. Pero ojo, todo ello en una exposición puntual, lo que significa que no podemos estar recibiendo esa exposición de forma continuada.
Como ya se ve, el sievert es una unidad muy elevada, así que se acostumbra a hablar de la milésima parte de esa unidad, es decir, el milisievert. Se habla también de microsieverts, que son la millonésima parte del sievert, pero trataremos siempre milisieverts a partir de ahora, y siempre utilizaremos el milisievert por año en caso de recibir dosis de forma continua.
Aunque no lo parezca, un plátano es radiactivo. Poco, pero lo es, ya que contiene potasio y nos expone a 0,001 milisievert, es decir, la millonésima parte de 1 sievert. Al comer un plátano, también nosotros pasamos a ser radiactivos. De hecho, estamos expuestos a más radiación si dormimos con alguien que si dormimos solos. Pero ya se puede observar por lo dicho anteriormente que es una dosis absolutamente despreciable.
Dosis de radiación que recibimos
Por el hecho de vivir en la Tierra, estamos recibiendo entre 1 y 1,5 milisieverts por año en función de la zona donde vivamos. En Hiroshima, donde estalló la primera bomba atómica lanzada sobre un objetivo civil (la primera real fue la de prueba en Alamogordo, EEUU) tiene, 70 años después de aquella bomba, una radiactividad es de 2,6 milisieverts por año. Si nos vamos a las minas de Joachimsthal, de donde Marie Curie obtuvo la materia prima para poder extraer el polonio y el radio, tenemos 15 milisieverts por año: 10 veces la radiación de la Tierra. Eso mismo es lo que hay en un pomo de la puerta del laboratorio donde trabajaba Marie Curie, así como en un punto del respaldo de su silla.
En el lugar donde se detonó la primera bomba atómica de la historia, llamada prueba Trinity, la zona fue arrasada. Hizo tanto calor que fundió la arena del desierto formando un cristal verde que ha venido a ser conocido como trinitita. Es el único lugar en el planeta en el que existe. La radiación en ese lugar es de unos 7 milisievert por año, aunque la propia trinitita por sí misma da mediciones de entre 17 y 26 milisieverts por año.
Un lugar donde pocos suelen pensar en radiación es en un avión a gran altitud. A mayor altitud, menos atmósfera y estamos menos protegidos de los rayos cósmicos. A 9.000 metros de altura recibimos una radiación de 17 milisieverts por año, igual que en la mina que decíamos antes de uranio. Y si nos acercamos a los polos, todavía recibiríamos más.
Cerca del reactor de Chernobyl recibiríamos 30 años después unos 44 milisieverts por año. Una hora en aquel lugar es equivalente a lo que recibimos cuando nos hacen una radiografía en un dentista, por lo que no es una cantidad demasiado grande. La razón de ello también es que quitaron un par de metros de la capa de suelo y se la llevaron a otra parte. Los japoneses hacen lo mismo con la zona cercana a Fukushima. En este último lugar se liberó sólo alrededor del 10% del material que se había liberado en Chernobyl. Por tanto, 3 años después de Fukushima todavía podían medirse entre 44 y 88 milisievert por año.
En el hospital de Pripyat, donde llevaron a los bomberos que trataron de combatir el fuego en Chernobyl, todavía está la ropa de aquellos hombres y puede verse una pila enorme con sus cosas. Si acercamos el contador Geiger a esas ropas obtenemos unas mediciones de hasta 4.300 milisievert por año (0,5 milisievert por hora) en la puerta antes de entrar. Si entramos medimos unas 3 veces más. En un lugar así, en 2 horas recibiríamos el equivalente que recibimos en la Tierra en un año. Es quizás uno de los lugares más radiactivos del planeta. Parece mucho, ¿verdad?
Pues fijaos, si os hacéis un TAC habréis recibido 7 milisieverts, algo así como 3 años de radiación natural de la Tierra. Se estima que los habitantes de Fukushima recibirán 10 milisieverts adicionales a lo largo de su vida. Podemos comparar ese número con la radiación que reciben los que trabajan con radiación en EEUU, que tienen el límite en 50 milisieverts anuales, y nunca pasar de 100 en 5 años. Esta norma se aplica también a las tripulaciones de los aviones.
Hay otro trabajo en el que se recibe más radiación: astronauta. Un hombre en la estación espacial recibe unos 80 milisieverts cada 6 meses.
No obstante, no son las personas que reciben una dosis de radiación mayor que hay en la Tierra. Los que más radiación reciben en la Tierra son los fumadores. Los pulmones de un fumador, de media, reciben unos 160 milisieverts al año debidos al plomo y al polonio radiactivos que contienen los cigarrillos.
Así que si sois fumadores, espero haberos dado otra buena razón para dejarlo.
Fuente | The Most Radioactive Places on Earth
Foto | Pixabay
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