Si le preguntamos a alguien, sin demasiados conocimientos de Física, si un velero puede ser capaz de navegar a mayor velocidad que el viento, lo más seguro es que nos respondería que no. Si le preguntamos el motivo de su respuesta (a parte de mirarnos como bichos raros por preguntar tanto), probablemente intentaría esbozar un razonamiento como el siguiente:
Si el barco viajara más rápido que el viento, entonces éste no podría alcanzarlo. Y, por lo tanto, no podría empujar las velas para impulsar la nave. En consecuencia, sin empuje adicional, la fricción con el agua la frenaría hasta que la velocidad sea inferior a la del viento; momento en el cual volvería a aparecer el empuje impidiendo que la velocidad decrezca aún más.
Es un razonamiento que parece de lo más sencillo y obvio. Pero resulta que no es del todo correcto, ya que se ha podido comprobar repetidamente que vehículos a vela puede llegar a avanzar a una velocidad varias veces superior a la del viento. ¿Donde está el fallo? Veámoslo.
En realidad, el razonamiento en sí es correcto, pero se basa en una premisa que no siempre se cumple. Es decir, da por supuesta una cosa que no siempre es cierta.
Por cierto, un inciso: la mayor parte de argumentaciones que escuchamos en el día a día adolecen de este problema, se basan en hipótesis que no se mencionan. La mayor parte de veces que dos personas no se ponen de acuerdo es porque se basan en hipótesis ocultas diferentes. Así que para argumentar bien, el primer paso siempre es establecer todas las hipótesis en que uno se basa.
Volviendo al tema, la argumentación anterior presupone que las velas de un barco participan en una especie de carrera del gato y el ratón con el viento. Pero esto sólo es así si el barco avanza en la misma dirección que la corriente de aire, lo cual no es siempre cierto.
Si lo fuera, navegar sería muy aburrido. Todos los navíos de la historia hubieran estado a la merced de los vientos, teniendo que esperar a que el viento gire en la dirección a la que quieran avanzar para poder moverse.
De hecho, el razonamiento anterior es correcto si el barco navega directamente a sotavento. Las velas, para funcionar, obviamente necesita que el viento colisione contra sus aparejos. Pero si el rumbo tiene cierto ángulo con la dirección del viento, por ejemplo si incide justamente de forma lateral, el viento seguirá inflando el velamen incluso si el barco se mueve a mayor velocidad que el viento.
Por decirlo así, sería como perseguir algo corriendo desde al lado, tendiéndole una emboscada: podemos alcanzarlo aunque se mueva a mayor velocidad.
Pero, ¿cómo puede una corriente de aire impulsar una embarcación a mayor velocidad que la que lleva? En el próximo artículo intententaremos explicarlo.
Foto | Jose Luis Cernadas Iglesias