Hace unos años, un grupo de científicos rusos descubrieron un nuevo elemento químico súper pesado al que denominaron Ununpentium, numerado como el 115. Además, este elemento se degradaba en otro nuevo, el número 113, degradación que se suele producir en los elementos pesados por emisión de partículas alfa. La formación del elemento 115 se basa en el bombardeo de una placa de americio con un flujo de calcio, y de la reacción de fusión entre los dos elementos, nace el nuevo peso pesado.
El problema, hasta el momento, era demostrar que la existencia de este elemento químico era posible, ya que la vida de estos átomos no superaba la décima de segundo. La prueba vendría de la mano de la química, y para realizar el experimento que probase la experiencia física, se colocó detrás de la placa de ameridio una de cobre en la que "recoger" los derivados del elemento 115. Aparte del elemento 113, por -bombardeo- emisión de 4 partículas alfa más por desintegración beta, se obtiene dubnio, de número atómico 105. Después de la reacción de fusión, se procesó la placa de cobre con cromatografía líquida, y se observaron 15 átomos de dubnio, y según el patrón de degradación de los mismos, quedó probada la existencia del elemento 115, y también del 113.