El tiempo nos dirá si esta noticia es una serpiente de verano que sigue el mismo camino que la fusión fría. Ojalá que no, ojalá que en este caso tenga algo de verdad porque nos serviría para librarnos de buena parte de los residuos nucleares que siguen acumulándose en el mundo sin que nadie sepa que hacer con ellos. Excepto guardarlos “bajo la alfombra”.
Claus Rolfs, un astrofísico de la Universidad de Ruhr especializado en el estudio de las explosiones estelares, ha realizado un experimento que contradice parte de las actuales teorías sobre la radiactividad natural y la física del estado sólido. En concreto, afirma que se puede reducir a una centésima parte la vida media de algunos elementos radiactivos envolviéndolos en un material metálico y reduciendo la temperatura del conjunto a unos pocos grados Kelvin.
Rolfs propone que los electrones del metal súper enfriado son capaces de facilitar la emisión de radiaciones alfa por parte del núcleo atómico y oponerse a la emisión de radiaciones beta. Según sus experimentos, isótopos como el polonio-210 aceleran su desintegración mientras que el berilio-7 aumenta su vida media. No comenta nada en relación con los emisores de radiación gamma.
En su contra, otros investigadores sostienen que ya se han enfriado materiales radiactivos en estas condiciones sin que nadie notase ese efecto. ¿Tal vez porque no lo buscaban? Afortunadamente, el experimento parece relativamente fácil de repetir. Si, y solo si, puede ser repetido con éxito por otros investigadores, tendríamos un posible método para acelerar la conversión de algunos residuos nucleares de alta actividad en materiales menos peligrosos. Esto podría ayudarnos a eliminar mucho de que hemos generado en los últimos cuarenta años. Y, probablemente, servir como argumento a los defensores de la energía nuclear.
Vía | Physicsweb