Aunque ya predicho hace más de una década, hasta ahora nunca se había podido conseguir: cambiar el pasado desde el presente (al menos en el contexto de la física cuántica). El espectacular hallazgo se publica en Nature Physics, y los responsables del mismo son un grupo de físicos del Instituto de Óptica Cuántica de la Universidad de Viena.
La hazaña se ha conseguido aprovechando una extraña capacidad de las partículas subatómicas: el entrelazamiento cuántico, un fenómeno que consiste la “unión íntima” entre dos partículas subatómicas sin importar a qué distancia se encuentren la una de la otra.
Cuando dos partículas están ‘entrelazadas’, cualquier modificación que llevemos a cabo sobre una se reflejará de inmediato en la otra, aunque ésta se encuentre en el otro extremo de la galaxia. Ahora, y por primera vez, un grupo de investigadores ha conseguido entrelazar partículas después de haberlas medido, es decir, a posteriori y en un momento en que alguna de ellas podría haber dejado ya de existir Es decir, que podemos entrelazar las partículas del pasado aunque en el presente una de ellas ya no esté.
Tal y como explica Anton Zellinger, también de la Universidad de Viena y coautor del experimento
La forma en que entrelazamos las partículas es enviándolas hacia un cristal cuya mitad es un espejo. El cristal, por lo tanto, refleja la mitad de los fotones y deja pasar a la otra mitad. Si tu envías dos fotones, uno a la izquierda y otro a la derecha, cada uno de ellos olvidará de dónde procede. Es decir, perderán sus identidades y ambos quedarán entrelazados. (...) La idea es crear dos pares de partículas, y enviar una a un ordenador y la otra al otro. Entonces, si entrelazamos esas partículas (como en el experimento), los dos ordenadores podrán utilizarlas para intercambiar información.
Vía | Madridmasd